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lunes, 4 de julio de 2011

Dame el tiempo que no te haga falta y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.

Es mi momento. Justo cuando crees que me he dormido o me he muerto. Cuando no hablo. Cuando me meneas para los lados y no muevo la cara ni digo nada. Ni si quiera hago el intento de quejarme. Cuando estoy entre el inicio de la fase rem y el despertar más brusco. No te das cuenta de que no quiero hablar hasta que me ves la sonrisa. Porque es mi momento y no te queda otra que dejar que se me pase. Es el momento en el que llego con la llema del dedo índice a tocar el azul del cielo de verano. Mejor que las drogas, cualquier orgasmo, mejor que cualquier comida, cualquier trago de agua en el desierto, mejor que todas esas cosas que, sin saberlo lo sé, sé que es mucho mejor, ni se le acerca. Porque es mi momento. Dejame. No quiero ni que te muevas. Shh. Quieto, no muevas ni un milímetro hasta que asimile lo demasiado bueno que es todo esto. Dura un minuto, solo te pido eso, incluso pueden ser solo unos segundos pero es... oh dios! no se como es. Siento que me repito que esto ya lo he dicho pero no es un dejavu ni mucho menos. Cada momento parece ser descrito igual porque le doy la misma palabra: "indescriptible" pero no lo es. Todos esos pequeños momentos son iguales en ese sentido, no hay palabra. Pero lo que no sabeís ni llegareis nunca a saber es que cada micromomento es diferente, irrepetible y perfecto. Una ultima cosa, cuando me pides que pare el tiempo... creeme lo haria pero cariño, lo siento, no puedo. Asi que cumple la norma, no te muevas. Besame.

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