.)

domingo, 25 de septiembre de 2011

Cruzar en rojo los semáforos.

Despertarte y estar enredada con sus brazos que no sabes ni como desatarte, una mañana más. Levantas la persiana y ves como los rayos de sol reflejan en su cara y le hacen renegar obligándole a cerrar un mas los ojos, te encanta.  Abres la ventana y lo mismo, el aire frio de las mañanas de otoño le hace estremecerse y buscar más sábana con la que taparse y poder continuar su placentero sueño. A ti te hace gracia su movimiento, sus fruncidas de ceño, y sus respiraciones suaves que acaban en ronquido. Te gusta de él hasta lo más insignificante. Preparas café, le despiertas a gritos (como cualquier familia normal, esto no es un cuento), lo de despertarle a besos sabes que será los primeros días antes de vivir juntos puesto que guardas los besos para el resto del día. Desayunáis, ducha rápida, un beso y un “pasa buen día, cariño”, el resto de los años será “corre o llegarás tarde petardo”. El trato es este, quien llegue a casa antes le preparara la comida/cena al otro y incluyendo el beso de “qué tal te ha ido el día?”, el otro recogerá y la siesta será para los dos, juntos viendo la tele, oyendo música, qué más da. Si no hay siesta se verá compensada por un cine o un algo otro día. Vuelta al trabajo, quedar con los amigos, o lo que quiera que hagas por las tardes son algo que no podemos cambiar, tu tiempo mi tiempo y después nuestro tiempo.  Después de un largo día llegas, le riñes por tener los pies encima de la mesita del salón y le chillas un poco por todo ese desastre de patatas y cerveza que tiene montado pero después de oírle decir que luego lo recoge que te apartes que la carne de burro no es transparente y que le has distraído y se ha perdido una falta de penalti, te unes a él. Te comes sus patatas, te bebes su cerveza y disfrutas viendo como su equipo pierde, es ley de vida (no haberla elegido anti madridista) le picas un poco y por no oírte pone la mesa, hace la cena y le callas con un beso, se le olvida todo y sonríe. Porque no te lo dice, ni tu a él, pero lleváis esperando ese momento todo el día. Acabar juntos el día y ver vuestras sonrisas mutuas, es lo más placentero de vuestro día a día. No pido un chalet, con piscina, dos niños, un perro, un jardín, dos coches, una tele de plasma con home cinema, ni un ordenador por cabeza.
Simple y únicamente pido una vida a tu lado, aunque sea en un piso de 80 metros cuadrados, aunque no haya perro, ni niños, ni dos coches, la tele sea una de esas normalitas, el patio sea de luces, aunque discutamos todos los días por tus gafas de sol o algo parecido, aunque estemos incomunicados, porque en el momento que pisas por esa puerta el exterior no existe, dentro de esas paredes somos nosotros, fuera somos un poco tu y un poco yo.
Porque tus manías son las que quiero que me acompañen en mi vida, tus pelos en la ducha, tu cepillo de dientes al lado del mío, tus cosas de afeitarte en nuestro baño, el cesto de la ropa lleno de tus calcetines, camisetas, mis vestidos, mis medias, tu música en mi ordenador, mi música en tus tímpanos. Mi sonrisa en tu cabeza, tu cabeza apollada ligeramente en mis piernas mientras te acaricio el pelo y te quedas dormido…
Todas y muchas mas cosas son las que me gustaría compartir con alguien que me quiera de verdad y la vida ha querido que ese alguien seas tú.


TE QUIERO

viernes, 16 de septiembre de 2011

Como un paréntesis en tu vida.

-Dígame, ¿Cómo se siente?
+ No puedo responder a eso, no lo sé.
- Siente tristeza, rabia, dolor, alegría, felicidad... ¿Qué siente?
+ Me siento mal pero no sé lo que siento realmente.
- La terapia consta de eso usted me dice como se siente, me consulta su preocupación y yo intento ayudarle, déjeme ayudarle.
+ ¿Usted ha sabido lo que es sentir que no importas nada o lo más mínimo a la persona que más quieres en el mundo y que él/ ella no lo entienda?
-No, no lo he sabido he tenido muchos casos pero...
+Cuando alguien no lo siente o no lo ha vivido no puede ayudar... Me lo enseñaron de muy pequeña. También dijeron que necesitaba ayuda, que necesitaba expresar siempre lo que sentía, claramente no me ha servido de nada nunca.
-Yo puedo ayudarte, nunca he querido a nadie como para depender de esa persona, pero he oído muchas historias de personas que querían con locura a alguien y... siempre les he envidiado. Déjame entenderte.
+No puedes, nadie puede. Nadie sabe lo que es despertarte y saber que en algún momento del día se va a acordar de ti y te va a llamar, que cuando se despierte va a pensar en ti (al menos eso crees y vives con la ilusión de ello), que cuando haga planes entres en ellos (al menos te gustaría), que cuando quiera hacer una locura te informe (a tiempo) de ella, que cuando quiera ser como era de soltero lo sea pero sabiendo que tú estás ahí. Que no se olvide de ti simplemente.
+ Creo que pides mucho.
- Si, puedo pedir mucho, puedo pedir lo que toda mujer busca y rebusca.... él lo tenía, lo que pasa es que no sé lo que pasa... el él del principio se está desvaneciendo... y se deja ver muy poco en algún pasillo de nuestra mansión. Ahora suele aparecer más el ejecutivo preocupado de sus negocios que no tiene tiempo para la familia... y me preocupa. Echo de menos al Rodrigo que se moría por estar a mi lado... parece que cuando lo tiene... ve que no era tan valioso como creía.
+ Echas de menos al chico que peleaba por ti... ¿es así?
- Si, echo de menos a esa persona que consiguió volver a hacerme creer en el amor y que hacía lo posible por estar conmigo... ¿Donde estás?
+ No hablas con él, hablas conmigo. No sé donde estará él pero si se de donde le puedes hacer volver, de ti,  de dentro, te necesita tanto o más que tú, hazle ver que estás ahí pese a todo. Pase lo que pase, siempre. Le quieres es evidente, te quiere también es evidente, no te rindas hazle ver lo que te duele. Y deja que te enseñe lo que necesita.
- Vuelve, Rodrigo por favor, vuelve.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Todo a cambio de nada.

De eso de cuando quieres a alguien tanto que piensas que a ti nadie te podría querer así, y te jode. Te jode porque quieres mas, le necesitas en tu vida, necesitas su atención, necesitas recibir lo mismo que das, pero a pesar de necesitarlo no lo pides. No lo pides porque tu das exactamente todo lo que puedes porque es lo que esa persona se merece según tus criterios. Y piensas, si recibes menos es porque quizás no lo merezcas... 
Te encantaria que te abrace cuando discutáis, que te bese para callarte cuando le chillas, que te pregunte que te pasa y cuando le digas nada insista, que te baile para que te rías en tus días grises y que seas el centro de su mirada. Y que cuando le llamen no le coja porque no necesita mas que tenerte entre sus brazos, que quiera estar toda una tarde contigo y no le importe el resto del mundo, que le de patadas a su armario cuando discuta contigo, que tenga miedo de perderte aun sabiendo que no lo va a hacer, que se acostumbre a tus manias y que te desencaje los planes, que se meta por tu vida como Pedro por su casa y que te diga a diario al oído las dos palabras mas sinceras que tanto te gusta oir. Que estúpida pides demasiado! Tonta de mi.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Posdata: te quiero.

Sólo necesitaban una llamada para quedar, a solas. Un "donde estás, ahora voy". Porque si algo les caracterizaba era esa facilidad de tenerse ganas y no poder evitar querer verse. Pero lo que realmente les hacía únicos, mágicos o como lo quieran llamar, era su capacidad peculiar de poder parar el mundo en un segundo. Sí, lo solían hacer nada más encontrarse, lo de su alrededor se quedaba quieto, sin importancia. Y eso es lo que les unía tanto, se necesitaban cuando necesitaban evadirse de la realidad, solo para eso, parar el tiempo.
Pero como toda filosofía tiene sus posturas en contra aunque sin intentos de separación. Más bien el poder psicológico que intentan tener algunas personas. Con ellos no lo consiguieron, ni lo conseguirán. Su filosofía es permanente y son fuertes a su postura. Mi consejo sería decirles que no lo intenten, es perder el tiempo, no hay más que mirarles a los ojos y ver sus miradas cuando se van acercando para rematarlo en un beso de "bienvenida a casa", ese brillo en los ojos pocas personas lo conocen y pocas personas lo consiguen tener. Por supuesto, ese beso vuelve aparar el tiempo y les da igual, no necesitan más para escapar de los problemas, cuando se separen sus miradas ya volverán. Los dolores, el daño, las tensiones, el estrés, y lo que conlleva esta vida que nos atrapa actualmente. Cuando están juntos desaparece, como si de magia se tratara.
Ella se ajusta perfectamente a sus brazos, tiene la marca en su cuerpo como Homer la tiene en el sofá.
Si la buscáis la podréis encontrar en su sitio favorito, donde huele a él, y ese sitio son sus mejillas, las mejillas que ella besa a diario y que no puede parar de oler.