Risas.Humo.Palabras

Estaba sola. Eran amigos. Se veían muy amenudo. Él empezó a sentir algo. Ella ni se inmutaba. Una noche entre risas, humo y palabras se besaron. Un lio que, con el paso del tiempo, parecía que iba a desaparecer igual que el foco de renfe de mi ventana cuando hay niebla. Pero resurgió. Ella se dió cuenta. No podía pasar más sábados viendo su mirada, sintiendole cerca y con el miedo a hacerle daño. Pensó en alejarse de él y que algun día pudiera volver a ser su amigo. Parecía que funcionaba. Ella intentaba evadirse de la realidad. Su realidad. La que tanto le unía y la hacía alejarse de él. Él era muy tímido, tenía miedo al rechazo, a mover la pieza equivocada y que ella hiciera jaque mate. Ella salía con otros, quieras que no eso ya es un pequeño jaque. Lo que él no sabía es la verdad. Que su reina estaba esperando esa señal para salir a atacar. Harta de evasiones dio la voz de alarma al círculo de sabandijas hambrientas de cotilleos. Ellas dieron el paso, su paso. Le explicaron que le quería pero no quería hacerle daño por nada del mundo. Viernes noche. Risas, humo y palabras. Entre cigarro y cubata se escapaban miradas, se escaban sonrisas. La misma situacion. Él dio el paso. No recibió jaque mate. Recibio el mismo beso que la primera vez. Sabía igual. Se hizo el sorprendido. Pero en realidad no había nada nuevo, eso ya había nacido solo estaba creciendo. Se prometieron tiempo. Mucho tiempo, mucho yo, mucho tú. Mucho nosotros.